
«La película fue un viaje entre cuatro mujeres y eso fue lo que quedó finalmente», confesaron a coro Marquisio y Martínez Duque en diálogo con Télam, acerca del porqué recuperar esta historia y el desafío narrativo que implicaba esta decisión.
-Télam: ¿Por qué la elección de estas dos protagonistas de la historia LGTB para un trabajo que también propone un ejercicio de lenguaje?
-Nadina Marquisio: Conocimos a Norma y a Cachita antes de que se convirtieran en la cara visible de la ley de matrimonio igualitario en la Argentina. Eramos dos parejas amigas y nosotras íbamos con frecuencia a su casa de Parque Chas.
-T: ¿Cambió la mirada?
-Laura Martínez Duque: Comenzamos a observar que Norma y Cachita eran funcionales a un tipo de discurso que las presenta como figura poco amenazante de la homosexualidad y nos detuvimos en el riesgo de mostrar una cotidianidad «normalizadora» que viene a decir «esta es una pareja como cualquier otra». No queríamos hacer una película para definirlas como mujeres o institucionalizarlas como representantes de una comunidad.
-T: La búsqueda de lenguaje propio…
-NM: Nos negábamos a confeccionar un documental tipo biopic para apresar una vida, muchos menos dos, en un par de horas. Lo que pretendíamos era capturar un pedazo de sus vidas, «siendo», en toda su potencia y en toda su verdad. Quisimos construir un universo propio, femenino, erótico, disidente, en el que el lenguaje se hace de luz, de movimiento, de poesía, de música.