Marcelo Gallardo planteó el partido como correspondía, para ganarlo desde el arranque sin tapujos, con tres delanteros sin artilugios, todos ellos bien definidos como Ignacio Scocco, Lucas Pratto y el recientemente seleccionado Matías Suárez.
Claro que para que ellos recibieran el alimento necesario para todo atacante que es la pelota, hubo solamente un pie afilado como el del juvenil Cristian Ferreira, el chico de los milagros que le permitió a River rescatar un punto de su visita a Alianza Lima, en Perú, el miércoles anterior.
Sin embargo, lo inimaginable era que en el final del partido y mientras Scocco, de buena tarea, ya estaba entre los suplentes, Pratto iba a ser uno de los sostenedores de la magra pero valiosa diferencia defendiendo el juego aéreo en su propia área.
Y antes, mucho antes, inclusive cuando el reloj no había marcador ni los 20 minutos de partido, había sido justamente Ferreira el encargado de convertir el que terminaría siendo el único gol de la noche, ese que le permitiría a River alcanzar a los tucumanos con 39 unidades en el cuarto escalón de los equipos que están clasificando a la Copa Libertadores 2020.
El triunfo de hoy River lo consiguió entonces cambiando posesión por ataque directo, aunque eso solamente le duró un tiempo, pero para lo que necesitaba fue suficiente.
