11 octubre, 2025

Radio Fenix

La Radio que vino para quedarse

"Duki desde el fin del mundo", en Netflix: un paradigma para el trap

La escena del trap en Argentina no se detiene ni un segundo. Ese género musical que surge desde las plazas, se digitaliza con compu en mano y se viraliza a partir de las redes sociales y las plataformas de streaming tiene un sinfín de representantes que trascienden, incluso, las fronteras locales. Uno de los rostros más populares de la música urbana es Mauro Ezequiel Lombardo, más conocido como Duki, el artista que transformó su historia personal en un fenómeno cultural de alcance global y que, tras dos históricas escalas en River en 2024, llegó a meter a 65 mil personas en el Santiago Bernabéu con tan solo 28 años. ¿Quién es Duki, cómo piensa y qué hace? Esas tres preguntas son las que encuentras posibles respuestas en Rockstar: Duki desde el fin del mundo, el documental que Netflix acaba de estrenar y que sigue al artista cuya música tiene cientos de millones de reproducciones pero al que muchos aún desconocen.

Si la historia de la humanidad está plagada de ascensos fulgurantes, el de Duki -como el de tantos otros en el trap- pareciera ser uno más, pero se trata de un caso paradigmático. Un chico adolescente que no encaja, deprimido, que encuentra en el freestyle la razón para sentirse parte de una identidad callejera, urbana, musical y sin normas establecidas. Su enorme talento en las batallas de improvisación musical callejeras, en fiestas o plazas, le dio un reconocimiento inicial entre sus pares, al que le llegó la consagración al ganar El Quinto Escalón y hacer su primera grabación. Lo que vino después fue meteórico: su primer tema, “No vendo trap”, superó al mes las 2 millones de reproducciones. Ya no hubo vuelta atrás: el pibe común llamó la atención de muchos otros que vieron en él y en su música a alguien que pertenecía a una generación que cuenta con otros modos, otras formas y otras reglas.

Rockstar: Duki desde el fin del mundo es un documental que sigue al músico en su intimidad, en un viaje que va desde los 150 días previos a su primer show en River hasta su presentación en el Estadio del Real Madrid. Plagado de material de archivo casero y entrevistas realizadas especialmente (Bizarrap, Nicki Nicole, YSY A, Neo, Emilia Mernes), es una suerte de biografía no pasteurizada, en la que los claroscuros de la vida de Duki se cuentan sin eufemismos por el propio protagonista y por su familia. Un trabajo que permite el acercamiento al músico y a todo lo que instala como novedad la cultura trapera, no solo para fanáticos sino también para las grandes audiencias.

“La idea siempre fue hacer una película que nosotros entendiéramos y que no sea solo para fans”. El que habla es Alejandro Hartmann, el director detrás del documental y uno de los profesionales más demandados en los últimos años. En sus manos y su mirada tuvo proyectos como Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez, El fotógrafo y el cartero: El crimen de Cabezas y Carmel: ¿Quién mató a María Marta?, entre otras piezas audiovisuales que tuvieron gran repercusión. En Rockstar abandona los casos policiales y las causas judiciales para seguir de cerca a un músico en medio de su preparación para el show en River. No es un ámbito que desconoce: durante los noventa fue el director de los videoclips “Abarajame” y “Jaguar house” de Illya Kuryaki y algún otro de Todos tus muertos.

“Duki es un es un artista con muchos sueños y alguien que sabe muy bien lo que quiere, desde muy chico. La vida lo puede llevar por otro lado pero él tiene un plan”, detalla Hartmann a Página/12. “La historia de Mauro/Duki es muy interesante, porque tiene algo como de camino del héroe, una historia muy clásica, detrás de la parafernalia, detrás de los tatuajes, detrás de la música… un sueño, el ascenso acelerado, la caída y todo lo que le pasó en su vida. No es algo que inventamos. Creo en el poder de las historias de héroes y ésta era muy real. Hay algo característico de esta generación, que es la importancia de lo genuino, de lo que son, de lo que viven. De hecho, en su música Duki cuenta lo que vive. En Duki su vida es su obra. Algo que es normal en los artistas, pero que acá está a flor de piel todo el tiempo.”

Su relación con su familia, con las drogas, con la profesionalización, con la industria, con la fama, con sus colegas: todo forma parte de un documental que no se queda en la parte luminosa del éxito y escarba en sus oscuridades. “Cuando me convocaron les dije que me costaría mucho hacer una biografía autorizada, que necesitaba tener libertad», señala Hartmann. «Y la primera vez que me junté con Mauro me quedó muy claro que no iba a haber problema por ese lado, porque él estaba muy abierto a hablar de cualquier cosa. La pregunta sobre cuánto iba a querer exponerse sobre sus momentos más oscuros la respondió Duki: me encontré con mucha apertura a ser mostrado, estuvo muy entregado.”

El documental, cuyo guión fue escrito por Tatiana Mereñuk y Soledad Venier a partir de entrevistas realizadas por el mismo director, permite ademas acercarse a las nuevas formas en que los nuevos artistas se vinculan con la industria discográfica.

¿Qué novedad traen artistas como Duki a la escena musical? “Es muy interesante -analiza Hartmann- lo que sucede con músicos como Duki, porque por un lado tienen una cosa común anarquista y rupturista que les permitió las redes, esa cosa democrática de hacer conocer su música sin necesidad de otra cosa; pero al mismo tiempo después se vuelven muy industriales, porque ellos se alimentan del sistema musical. Hay una sinergia interesante entre esos dos mundos y cómo ellos terminan convirtiéndose en lo que se escucha y en lo que la industria tiene que producir. En la película se ve cómo los managers, los representantes de la industria, tuvieron que ir atrás de los nuevos artistas. La sensación es que al final siempre la última palabra la tiene Mauro. Yo hice videoclips en los noventa, conocí un poco la industria musical antes del terremoto que trajo Internet, y ahora es distinto lo que pasa y por eso lo retratamos.”

Los servicios de streaming cambiaron las formas de consumir, producir y exhibir el contenido audioviosual. Incluso, hasta posibilitaron que un género tradicionalmente de nicho como el documental se expandiera hacia otros públicos. Hoy hay más producción y accesibilidad al consumo documental. Hartmann festeja el fenómeno. “La gente descubrió que existe el documental”, subraya. “Es algo alucinante que pasó en los últimos años. No sé si sueño con que lo vayan a ver a a los cines, cosa que masivamente todavía no pasa y no sé si va a suceder, pero sí por lo menos descubrió que en esta nueva TV que son las plataformas, descubrió los documentales son una opción atractiva. Tiene que ver con el ahora. Incluso, en las redes o en YouTube, la gente consume cosas que por ahí no son propiamente documentales pero se parecen mucho a los documentales. Eso es algo genial.”

source