Las tropas israelíes se retiraron este viernes de la ciudad y del campamento de refugiados de Yenín, al norte de la Cisjordania, tras diez días de incursión, mientras que en el sur del territorio se reportó la muerte de una activista estadounidense y una niña de 13 años bajo fuego israelí.
Disparos en una marcha
Aysenur Ezgi Eygi, una activista estadounidense de origen turco de 26 años, falleció tras recibir un disparo del ejército israelí que le provocó graves heridas en la cabeza en Nablus, al sur de Cisjordania, según informó la agencia oficial de noticias palestina WAFA. La activista participaba en la marcha semanal pacífica que se celebró en la aldea de Beta, en Nablus, contra la expansión de los asentamientos cuando las fuerzas israelíes reprimieron la protesta con munición real, granadas y gases lacrimógenos.
Ezgi Eygi fue trasladada de urgencia al hospital Rafidia de Nablus donde la ingresaron en la unidad de cuidados intensivos. Los esfuerzos médicos no lograron salvarla a causa de las graves heridas que padecía en la cabeza, según informaron fuentes médicas.
El Ejército israelí, por su parte, alegó en un comunicado que se vio obligado a abrir fuego para mitigar la amenaza de un instigador que arrojaba piedras contras las fuerzas. «Se están revisando los detalles del incidente y las circunstancias en las que fue golpeada la activista», agregaron en la nota castrense.
Reacciones a la muerte de la joven
El grupo islamista Hamas condenó por medio de un comunicado la muerte de la activista. «Las balas pecaminosas que acabaron con su vida son las mismas que envía (el presidente estadounidense Joe) Biden al Ejército de la ocupación y que usa diariamente contra el pueblo palestino», aseveró. «¿Actuará el presidente Biden para responsabilizar a los asesinos y llevarlos a juicio o dependerá de si apoya la ocupación o si se solidariza con nuestro pueblo?», agregó.
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken calificó de deplorable y trágica pérdida la muerte de la activista, al tiempo que expresó el pésame del Gobierno a sus familiares. «Cuando tengamos más información, la compartiremos y, según sea necesario, actuaremos», indicó el jefe de la diplomacia estadounidense en una rueda de prensa en Santo Domingo, donde se encuentra de visita.
Turquía, por su parte, responsabilizó de la muerte de la jóven al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. «Israel quiere intimidar a toda persona que acuda en ayuda de los palestinos y luche pacíficamente contra el genocidio. Esta política de violencia no dará resultados», denunció el Ministerio de Exteriores turco en un comunicado. «Las autoridades de Israel que cometen crímenes contra la humanidad y quienes las apoyan de forma incondicional rendirán cuentas con certeza ante los tribunales internacionales», remarcó.
Una niña baleada
Horas antes de ocurrir la muerte de la joven, una niña palestina de 13 años identificada como Bana Amjad Bakr también murió tras recibir un disparo de las fuerzas israelíes en Nablus, según confirmó el Ministerio de Sanidad palestino. El padre de Bana indicó a WAFA que su hija fue alcanzada por los disparos mientras estaba con sus hermanas en su pieza.
Los equipos de la Media Luna Roja Palestina, una organización humanitaria equivalente a la Cruz Roja en países de mayoría musulmana, brindaron primeros auxilios a la niña que sufrió heridas críticas de bala en el pecho y la trasladaron a un centro hospitalario donde finalmente murió.
Fuentes locales informaron de que todo empezó cuando colonos, custodiados por el ejército israelí, irrumpieron en la aldea y atacaron las casas de los aldeanos, arrojando piedras e incendiando zonas de tierras de cultivo.
Retirada de Yenín
Al compás de estas muertes, fuentes palestinas señalaron que las tropas israelíes se retiraron de Yenín, tras 10 días de incursión. El Ejército israelí se limitó a confirmar en un breve comunicado que en estos últimos días de incursión eliminaron a 14 supuestos terroristas y detuvieron a más de 30 sospechosos. «Se desmantelaron numerosos sitios de infraestructura terrorista, incluida una instalación subterránea de almacenamiento de armas ubicada debajo de una mezquita», indicaron.
El pasado 28 de agosto el Ejército lanzó en Yenín, y también en las norteñas Tulkarem y Tubas, todas bastiones históricos de milicias palestinas, una operación antiterrorista bautizada por Israel como «Operación Campamentos de Verano». Las fuerzas israelíes irrumpieron en estas tres localidades de forma simultánea con tropas, tanques y excavadoras e incluso drones explosivos con el objetivo de desmantelar bases y redes de Hamas y de la Yihad Islámica.
En total, en los ataques aéreos y los combates cuerpo a cuerpo entre soldados y milicianos murieron 36 palestinos, entre ellos ocho menores y dos ancianos, según cifras del Ministerio de Salud de la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna partes cada vez más reducidas de la Cisjordania. Así, 19 de ellos murieron en Yenín, 10 en Tubas –cinco de ellos el jueves en un ataque con un dron israelí- y siete en Tulkarem. La operación israelí también causó unos 150 heridos y numerosas calles, casas, comercios e infraestructuras eléctricas fueron destruidas.
La incursión en Yenín se convirtió en una de las más largas de la historia del Ejército israelí tras prolongarse diez días consecutivos. Más 70% de las calles quedaron arrasadas tras el paso de los blindados israelíes, según informaron las autoridades palestinas.
Periodistas y fotógrafos denunciaron ataques por parte de las tropas israelíes mientras estaban cubriendo la incursión israelí en este territorio palestino. Uno de ellos, el fotógrafo Muhamad Mansour, de WAFA, resultó herido de bala el martes, según este medio, después de que el Ejército israelí abriera fuego contra el vehículo en el que se encontraba en el oeste de Yenín.
Esta urbe es un bastión histórico de la resistencia armada palestina en el norte de Cisjordania. En su campamento de refugiados viven unas 14.000 personas, descendientes de palestinos desplazados tras la creación de Israel en 1948, y la mayoría son jóvenes sin empleo. En los últimos años, una nueva generación de palestinos se sumaron como milicianos a la Brigada Yenín, un conjunto no sofisticado ni muy coordinado que incluye miembros de Hamas, la Yihad Islámica Palestina y los Mártires de Al Aqsa de Fatah.
El número de muertos
Cisjordania vive su mayor espiral de violencia desde la Segunda Intifada (2000-05), y en lo que va de 2024 más de 330 palestinos murieron por fuego israelí, la mayoría milicianos o atacantes pero también civiles, incluidos medio centenar de menores –según un recuento de la agencia de noticias EFE–, tras cerrar 2023 como el año más letal en dos décadas con más de 520 muertos.
Los ataques contra este territorio se profundizaron tras el ataque de Hamas en suelo israelí el pasado 7 de octubre, en el que murieron alrededor de 1.200 personas y fueron secuestradas más de 200, lo que llevó a las fuerzas israelíes a realizar desde ese día una ofensiva contra el grupo islamista en la Franja de Gaza, donde ya se reportaron más de 40.000 palestinos muertos, la mayoría mujeres y niños, mientras que los heridos suman al menos 94.454, según los últimos balances del Ministerio de Sanidad del enclave.
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