Una multitud le puso el marco adecuado a la última noche de la 54° Fiesta Nacional, donde la cumbia se abrazó con la vidala chayera para unir a los riojanos en un solo baile de gargantas afónicas y pieles enharinadas.Una multitud le puso el marco adecuado a la última noche de la 54° Fiesta Nacional, donde la cumbia se abrazó con la vidala chayera para unir a los riojanos en un solo baile de gargantas afónicas y pieles enharinadas.
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